El 60% del peso corporal total es agua. Cómo cuidarse en primavera y qué tener en cuenta para consumir más líquido

Más de la mitad de nuestro peso corporal proviene del agua. Entonces, si estos niveles están bajos, puede aparecer la deshidratación de diferentes maneras. Su forma leve puede causar cansancio, dolor de cabeza y afectar el estado de ánimo y la concentración. Cuando la persona se esfuerza en el gimnasio, todo ese sudor en realidad reduce la cantidad de sangre de forma momentánea.

Si no se bebe el suficiente líquido, es posible que se tenga sed y que la boca se sienta seca o pegajosa. Es probable también que no se orine con mucha frecuencia, menos de cuatro veces al día, que la cantidad de orina sea mínima y que esté oscura o tenga un olor fuerte. La persona deshidratada puede sentirse mareada o aturdida y puede desmayarse.

A medida que empeora, su sed aumenta. Su respiración y frecuencia cardíaca pueden ser más rápidas de lo normal. Puede sentirse confundido o de mal humor.

La deshidratación también puede dejarnos con menos energía y confusión mental. Un estudio, publicado en la revista Nutrients, reveló que obtener suficiente hidratación mejora la salud del cerebro y previene la somnolencia y el deterioro de la memoria.

La OMS considera que la cantidad adecuada de agua para consumo humano (beber, cocinar, higiene personal y limpieza del hogar) es de 50 litros por habitante por día. A estas cantidades debe sumarse el aporte necesario para la agricultura, la industria y, por supuesto, la conservación de los ecosistemas acuáticos, fluviales y, en general, dependientes del agua dulce. Teniendo en cuenta todos estos parámetros, se considera una cantidad mínima de 100 litros/habitante/día.

En Argentina, según el Ministerio de Salud, el consumo medio a nivel nacional real es del orden de los 180 litros por habitante por día, superando el promedio recomendado por la OMS. Sin embargo, existen al interior de nuestro país grandes diferencias regionales respecto del acceso al agua potable. Hay provincias argentinas que sufren la escasez de este recurso tan preciado. En consecuencia, se generan problemas de salud por deshidratación o por falta de alimentos, merced del deterioro y destrucción de los ecosistemas.

En este sentido, la ciudad de Buenos Aires, por el contrario, es una ciudad privilegiada a la hora de hablar de saneamiento y consumo de agua. Aproximadamente el 99% de su población cuenta con servicio de abastecimiento del agua potable, proviniendo ésta en su mayoría del Río de la Plata, según un informe del GCBA.

Con la llegada de la primavera, el calor aumenta y si no tomamos lo suficiente, sube el riesgo de deshidratación que puede afectar el rendimiento físico y mental sin que podamos darnos cuenta, y se convierte en uno de los mayores peligros de cara al verano. La importancia de realizar “tomas conscientes” de agua y generar “alarmas mentales” para recordar beber nuestra fuente de vida, resultan imprescindibles.

El 60% del peso corporal total es agua. Tres cuartas partes del cerebro y corazón están representadas por agua, así como el 83% de los pulmones y el 31% de los huesos. Sin embargo, a lo largo del día grandes cantidades desaparecen a través de la orina, el sudor, o incluso la respiración.


Infobae.com

 

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