Hallan cómo diseñar un test para la leucemia mielomonocítica
Todo comenzó con un café en San Diego, California, hace cuatro años. María Eugenia Figueroa le esbozó su idea a una colega italiana durante el congreso de la Sociedad Estadounidense de Hematología: diseñar un test para saber qué paciente con una leucemia poco frecuente, que no suele aparecer antes de los 60 años, responderá o no al tratamiento, en lugar de tener que esperar casi un año para averiguarlo. Y lo logró.
En su laboratorio de la Universidad de Michigan (Umich), la investigadora argentina identificó algo más de un centenar de diferencias genéticas entre los pacientes con leucemia mielomonocítica crónica (LMMC) que respondían o no al tratamiento con el fármaco de primera elección, la decitabina. Pero esas 167 diferencias en los genes eran demasiadas para diseñar un método diagnóstico. Entonces, con un modelo computarizado, con su equipo determinó 21 regiones del genoma (marcadores) que podrían utilizarse en un kit diagnóstico simple. Las pruebas mostraron que predice la respuesta al tratamiento con un 87% de precisión.
"Como hematóloga, me frustraban muchas cosas", cuenta Figueroa por vía telefónica desde su laboratorio. "Si hoy volviera a ejercer la medicina después de 10 años, tendría que tratar igual a los pacientes con leucemia. Y aunque hay avances, ver signos de respuesta en estos pacientes aún demora mucho más que una semana o una dosis (de decitabina). Una buena prueba de biomarcadores, que se pueda hacer en un laboratorio clínico de un hospital, evitaría que los pacientes reciban tratamientos prolongados injustificados."
La LMMC es un cáncer de las células de la médula que forman la sangre. Rara vez aparece antes de los 60 años y aún no hay demasiadas terapias disponibles. "El fármaco actúa sobre todo el genoma [en los mecanismos de regulación de los genes] y se creía que la enfermedad era la misma en todos los casos. Pero al comparar las muestras de un banco de tejido de pacientes, todos eran similares en las características de la médula, la sangre y las biopsias, pero no en el ADN. Ahí surgieron las diferencias", agrega Figueroa, que es profesora asistente del Departamento de Patología de la Umich en Ann Arbor. El trabajo lo hizo con el apoyo de la Leukemia & Lymphoma Society.
Apenas un 50% de los pacientes responde al fármaco a los seis meses o un año: "En el mejor de los casos -dice-. No es inocuo ni económico. Y con eso les estamos cerrando otras puertas que podrían ayudarlos antes, como el trasplante de médula". El equipo, que integran Valeria Santini (Universidad de Florencia, Italia) y Eric Solary (Instituto Gustave Roussy-Inserm, Francia), comenzó un ensayo clínico con 70 pacientes. El kit diagnóstico estaría disponible en los próximos cinco años.

Fuente: Fabiola Czubaj | LA NACION

 

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