Con el fin de apoyar los esfuerzos mundiales para contener la propagación de la enfermedad y proporcionar una respuesta internacional coordinada para el sector de los viajes y el turismo, los jefes de la OMS, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Organización Mundial del Turismo (OMT), el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (AITA) y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (CMVT) decidieron activar un Grupo de Trabajo de Viajes y Transporte para supervisar la situación y proporcionar información oportuna a los sectores de viajes y el turismo, así como a los viajeros.

El riesgo de transmisión de la enfermedad por el virus del Ébola durante los viajes aéreos es bajo. A diferencia de infecciones como la gripe o la tuberculosis, el ébola no se transmite por respirar el aire (y las partículas que contiene) de una persona infectada. La transmisión requiere el contacto directo con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos corporales de personas vivas o muertas o animales infectados, todas exposiciones improbables para el viajero medio. Se aconseja a los viajeros, en cualquier caso, evitar todos estos contactos y practicar en forma rutinaria una higiene cuidadosa, como el lavado de manos.

El riesgo de contraer la infección en un avión también es bajo dado que las personas enfermas por lo general se sienten tan mal que no pueden viajar y la infección requiere un contacto directo con los fluidos corporales de la persona infectada.

La mayoría de las infecciones en Liberia, Guinea y Sierra Leona se están llevando a cabo en la comunidad cuando los miembros de la familia o los amigos cuidan de alguien que está enfermo o cuando la preparación y ceremonias funerarias no siguen estrictas medidas de prevención y control de infecciones.

Un segundo lugar importante donde puede ocurrir la transmisión son las clínicas y otros centros de atención de la salud, cuando trabajadores de la salud, pacientes y otras personas tienen contacto sin protección con una persona infectada. En Nigeria, los casos están relacionados únicamente a personas que tuvieron contacto directo con un viajero que fue hospitalizado a su llegada a Lagos.

Es importante señalar que una persona que está infectada sólo es capaz de transmitir el virus a otros después de que ha comenzado a tener síntomas. Una persona por lo general no presenta síntomas entre 2 a 21 días (el "período de incubación"). Éstos incluyen fiebre, debilidad, dolor muscular, dolor de cabeza y dolor de garganta. Esto es seguido por vómitos, diarrea, erupción cutánea, y en algunos casos, sangrado.

El riesgo de un viajero a infectarse con el virus del Ébola durante una visita a los países afectados y a desarrollar la enfermedad después de regresar es muy bajo, incluso si la visita incluye el viaje a las zonas en las que se han reportado casos.

Si una persona, incluyendo un viajero, se quedó en las áreas donde los casos de ébola han sido reportados recientemente, debe buscar atención médica ante el primer signo de la enfermedad (fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de garganta, diarrea, vómitos, dolor de estómago, erupción cutánea, enrojecimiento de los ojos, y en algunos casos, sangrado). El tratamiento temprano puede mejorar el pronóstico.

Se necesita fortalecer la cooperación internacional, y se debe apoyar las acciones para contener el virus, detener la transmisión a otros países y mitigar los efectos en las personas afectadas.
Los países no afectados deberían fortalecer la capacidad para detectar y contener los nuevos casos de inmediato, evitando al mismo tiempo las medidas que crearán interferencias innecesarias con los viajes o el comercio internacional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda ninguna prohibición de viajes o del comercio internacional, de conformidad con el asesoramiento del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional de la OMS sobre el virus del Ébola. Fuente:OMS

Fuente: Consultor de Salud on line

 

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