“Doctor, tengo SIBO”. Bajo esta afirmación, que dimos en nuestro anterior encuentro, volveremos a hablar sobre esta enfermedad que se ha instalado en la cabeza de las personas (además de las noticias) en los últimos tiempos y que está relacionada con el crecimiento de bacterias en áreas del intestino que no deberían estar.
Esta patología, que se ha popularizado, es una enfermedad que realmente existe y es el crecimiento de bacterias que deberían estar en la última parte del intestino, en el colon, y que se han mudado al intestino delgado
Lo cierto es que en nuestro intestino habitan muchas bacterias beneficiosas, la flora o microbiota como se lo llama. Pero si cambian de composición, cambian de combinación de bacterias o cambian de lugar, pueden llegar a producir muchos problemas digestivos, sensación de pesadez, sensación de estar hinchado después de comer, de mala digestión, puede llegar a producir inapetencia o exceso de apetito.
Estos son algunos de los síntomas que produce el SIBO, pero también pueden ser producidos por otras enfermedades o por otras conductas, por ejemplo, comer muy rápido o comer mucha cantidad de comida después de haber estado varias horas sin ingerir alimentos.
Lo cierto es que es importante obtener un diagnóstico, el cual se realiza con un test que tiene por objetivo detectar el SIBO mediante el aire espirado. Le resumo cómo es el procedimiento: uno sopla de una manera especial en un laboratorio y ahí miden la cantidad de hidrógeno y otras sustancias que son las que, realmente, le pueden dar la idea de lo que puede tener.
Una vez que se confirma el diagnóstico, se hace una dieta en la cual se limitan algunos hidratos de carbono. En resumidas cuentas, a las personas con SIBO se les recomienda la dieta FODMAP.
Este nombre es está confirmado por la sigla FODMAP, que son las siglas de los químicos que hay en los alimentos que son los que hacen daño. El asunto que son tantos que solamente se puede hacer la dieta ésta si se ha seguido muy de cerca por un médico especialista o por un nutricionista, porque hay que suspender lácteos, legumbres, frutas y verduras, nueces.
O sea, todos los alimentos que le hace bien a uno, durante un tiempo, tiene que suspenderlos para después reintroducirlos lentamente. En este proceso, se analiza cuál es la tolerancia.
¿Qué rol puede tener el estrés en el desarrollo de la enfermedad? Puede incidir en que una enfermedad aparezca, se desencadene o que sea grave, pero el estrés en sí mismo no produce enfermedades.
Hoy en día está de moda el tema de la autopercepción: “Yo me autopercibo que tengo SIBO, pero al igual que con la anemia, si usted se autopercibe que tiene SIBO, vaya, hable con un médico y hágase el estudio que en el estudio se lo van a corroborar”.
El SIBO no es un tema de autopercepción, es un tema de enfermedad o de salud. Así que, tómelo en serio.
*El doctor Alberto Cormillot (MN 24.518) es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
Fuente: Infobae.com