Pregunta: ¿Podrían hablar sobre la insulinorresistencia? Es una enfermedad ligada a la diabetes, motivo por el cual muchos médicos la tratan como un síntoma y no una enfermedad en sí misma, y debido a eso las mutuales u obras sociales no la reconocen. Quería aprender sobre síntomas, tratamientos y la diferencia con la diabetes.
Para responder la consulta que una lectora envió a nuestro canal de Preguntas a Buena Vida, es necesario aclarar cada uno de los términos implicados.
Vamos por partes.
Resistencia a la insulina
“La insulina es una hormona que se libera en el páncreas y le permite a las células absorber la glucosa para utilizarla como energía”, explica Carla Musso médica endocrinóloga, presidenta de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD).
Se llama insulinorresistencia a lo que ocurre cuando el organismo (“sobre todo el hígado, músculos y tejido adiposo”, apunta la especialista), deja de responder adecuadamente a la insulina.
“Cuando esto sucede, el páncreas aumenta la secreción de insulina y compensa de alguna manera, segregando más; generando una situación que se denomina hiperinsulinemia”, precisa Musso, que también es coordinadora de diabetes de la Fundación Favaloro y médica del Servicio de Endocrinología y Diabetes del Hospital César Milstein.
Ahora bien, si no se revierten los factores que generan esta insulinorresistencia, el páncreas llega al agotamiento y ya no puede segregar más insulina. Aquí es donde comienza la prediabetes o la diabetes.
Causas de la insulinorresistencia
La pregunta que le sigue a esta explicación es entonces cuáles son los factores que pueden llegar a generar resistencia a la insulina.
En la mayoría de los casos, aunque no en todos, esta situación se genera como consecuencia del sobrepeso y la obesidad. “Sobre todo lo que denominamos obesidad central, que es el aumento de la grasa a nivel abdominal”, aclara Musso.
Y continúa: “Esto se puede diagnosticar no solo midiendo el índice de masa corporal (IMC), que a veces tiene algunos defectos, sino con el perímetro de la cintura, lo que sirve para hacer un diagnóstico de obesidad central, y esto se asocia directamente a la insulinorresistencia”.
Sin embargo, hay otros factores que pueden generar resistencia a la insulina: el sedentarismo, una dieta alta en azúcares y grasas, antecedentes familiares, síndrome de ovario poliquístico en la mujer y el hígado graso. Además, a mayor edad hay más chances de sufrir este trastorno.
Cómo se diagnostica la insulinorresistencia
Musso menciona la existencia del índice HOMA para medir insulorresistencia, y aclara que si bien antes solía utilizarse para casos particulares, en la actualidad se usa más que nada para elaborar índices poblacionales.
“Cuando uno lo aplica en una sola persona midiendo insulina basal [N de la R: concentración de los niveles de insulina en un período de ayuno], o la insulina, por ejemplo, después de un determinado tiempo de hacer una dieta o de utilizar alguna medicación; es probable que no se advierta una modificación en esos niveles de insulina, porque la determinación de insulina en el laboratorio tiene mucha variabilidad”, indica.
Entonces, ¿cómo se diagnostica hoy la insulinorresistencia? “Medimos el índice de triglicéridos/HDL (que debe dar menos a 3), que nos da un valor más cercano, es un parámetro mucho más fidedigno y más económico inclusive, porque son dos datos que siempre le vamos a pedir en el laboratorio a una persona que estamos tratando por estas patologías”, se explaya.
Insulinorresistencia: síntomas
Como se señaló, la obesidad central puede ser un signo, teniendo en cuenta la distribución de la grasa a nivel abdominal, la asociación con hígado graso, lo que en primer término se diagnostica con una ecografía hepática.
“El síndrome de apnea obstructiva del sueño también puede hacernos pensar en insulinorresistencia y que la obesidad está impactando en el sueño: personas que roncan, que no pueden dormir de noche, que se despiertan en forma continua”, señala.
Por otro lado, algo que se puede determinar a nivel clínico es la acantosis nigricans, que es la coloración oscura del cuello y de las zonas de pliegues en las axilas, en la zona inguinal: “Esa coloración negra habla de un aumento de la secreción de insulina”, refiere la profesional.
De la insulinorresistencia a la diabetes
“En realidad, la insulinorresistencia es probablemente el comienzo de una enfermedad que sobre todo se relaciona con obesidad y sobrepeso. Y entonces, si esta situación continúa sin hacer ningún cambio, el páncreas continúa segregando cada vez más insulina, que no hace el efecto deseado, hasta agotarse y llegar a esta situación de prediabetes o de diabetes”, detalla la endocrinóloga.
“¿Puede existir una sin la otra? Sí, por supuesto, puede haber una situación que sea solo de insulinorresistencia y que los niveles de glucemia sean normales, no hay ni prediabetes ni diabetes”, aclara.
Pero -contrapone-, lo más probable es que con el tiempo, si no cambiamos esta situación de sobrepeso u obesidad, la persona llegue seguramente a tener prediabetes o diabetes.
“Sobre todo, si hay diabetes en familiares de primer grado, o si esta persona además del sobrepeso u obesidad tiene más de 35 años, en el caso de una mujer si ha tenido una diabetes gestacional, si tiene hipertensión, si tiene una dislipemia, triglicéridos elevados y HDL bajo; todos esos son factores que implican que esta persona seguramente vaya a llegar a la prediabetes o a la diabetes”, advierte.
Tratamientos
Implementar cambios en el estilo de vida resulta fundamental: “tanto una alimentación saludable, como la realización de actividad física, tienen un impacto importantísimo a nivel de los receptores de insulina, para modificarlos, y que sean sensibles a la insulina”, señala.
Respecto a la medicación, refiere que en algunos casos se utiliza metformina, así como aquellas drogas que tienen impacto en el peso, como los agonistas del receptor de GLP-1.
“Los que tenemos en Argentina hoy son liraglutida y semaglutida, que además están aprobados para el tratamiento de la obesidad. Son drogas para que el paciente baje de peso y probablemente pueda revertir esta situación de insulinorresistencia”, plantea.
“Son drogas excelentes que realmente han cambiado la historia de la obesidad y de la diabetes, han demostrado disminuir la enfermedad cardiovascular, la muerte por causa cardiovascular, retrasar y/o mejorar parámetros de enfermedad renal, que es una enfermedad que es muy frecuente en las personas con diabetes”, analiza.
Y añade: “Inclusive, vamos a tener otra nueva droga prontamente en Argentina, que es tirzepatide y que tiene un impacto muy importante en el descenso de peso y, por supuesto, en el tratamiento de la diabetes”.
“La obesidad y el sobrepeso suelen acompañar a la diabetes, sabemos que casi el 80% de las personas con diabetes tienen algún grado de sobrepeso u obesidad, por eso es importantísimo la asociación con estas drogas”, postula.
Prevención
¿Es posible prevenir la insulinorresistencia? Musso es categórica: “Por supuesto”.
Otra vez, los hábitos saludables tienen un rol central: sobre todo la alimentación y la actividad física.
“Esto debe implementarse ya desde la niñez, estamos viendo que hoy tanto en Argentina como en el resto del mundo, los niños cada vez comen peor, más comidas rápidas y ricas en grasa y en azúcares, como las bebidas azucaradas, y hacen muchísimo menos actividad física que antes”, pondera.
Todo esto resulta en que haya más cantidad de niños con obesidad y sobrepeso, lo cual puede condicionarlos por el resto de sus vidas.
“Esto quiere decir que estos niños van a vivir toda la vida con esta enfermedad si no hacemos algo, si no tratamos de implementar otro tipo de hábitos”, advierte, para cerrar.
Fuente: Ludmila Moscato Fuente: Clarín.com / Buena Vida